Estar vivo.

— Para tí, ¿qué es la felicidad? —preguntó.
Me quedé en silencio. No sabía qué responder. Todas las imágenes de "felicidad" que tenía en mente provenían de fuentes externas: televisión, internet, la sociedad en general.

—Bueno —balbuceé a manera de respuesta—, la verdad es que... nunca lo había pensado.
Me miró fijamente y luego sonrió.

—Es una respuesta más común de lo que crees —dijo—. A veces creemos que para ser felices necesitamos tal o cual cosa. O tal o cual persona. Es decir que la respuesta —y su sonrisa se hizo más grande—, es muy relativa.
Me quedé en silencio de nuevo. No sabía qué decir y no tenía ganas de asentir sin sentido o de decir cosas como "verdad", "oh sí", o "vaya". 

—Imagina que estás en una casa en un cerro.—Está bien —asentí.—Pero cierra tus ojos.
Obedecí.

—Estás en una casita en un cerro... Apenas es de madera.Hice un gesto con las cejas.
—...y estás rodeado de cinco o seis criaturas que corretean por los 10 metros cuadrados que conforman tu casita. ¿Crees que serías feliz?Tomé aire y abrí los ojos.—Ojos cerrados —dijo y los volví a cerrar.Tomé aire de nuevo y respondí:
— No... no lo sé. ¿Usted sería feliz?
No lo vi pero supe que había sonreído.
—Estamos hablando de ti. ¿Serías feliz? Sabiendo que tendrías que trabajar durísimo, más duro de lo que trabajas ahora, para mantener a cinco o seis niños, más tu mujer. Sabiendo que apenas les alcanzaría para comer. Sabiendo que no tendrías televisor, radio y mucho menos una computadora. Ni qué decir de celulares costosos ni WiFi. ¿Serías feliz?
No respondí.
—Imagina que tienes mucho dinero. Pero no tienes una familia por la cual esforzarte, nadie que te quiera. ¿Serías feliz? Seguro pensarías que no. Para algunos, la felicidad puede consistir en las cosas materiales que he nombrado. O tener algún estatus social, aparecer en revistas, etcétera... O quizá viajar. Hay mucha gente que encuentra la felicidad viajando.No respondí.
—¿Un secreto? Para mí, la felicidad es tan relativa como para ti o para todos pero considero que la paz mental es lo más valioso para mí. ¿Te imaginas una persona que tenga dinero, fama y demás, pero que no tenga paz mental para disfrutar los regalos que Dios o —si no es religioso—  la vida le ha dado? Es facilísimo sucumbir ante los problemas, preocupaciones infundadas, estrés, ansiedad y demás cargas de la vida. Pero, ¿sabes qué?
—¿Qué?
Sentí su mano en mi rodilla como señal para abrir los ojos. Presentía que quería que lo mirase a los ojos al escuchar lo que me iba a decir.
—Estás vivo. ¿Sabes lo que significa estar vivo? No lo valoramos, en absoluto. No valoramos nuestro tiempo, nuestra salud ni a nuestro amigos, ni familia, ni a los regalos que recibimos a diario y que podemos disfrutar porque estamos vivos... Sin sonar fatalista o algo así, piensa: ¿cuánta gente hay que no puede ni levantarse de la cama? Gente que no hizo nada para merecer algo así, niños, personas buenas. Piensa en eso... Gente que no verá la luz del sol mañana... 
Sentía las lágrimas rodar por mis mejillas.
—No llores —dijo—, sé que te sientes culpable. Puedes sentirte egoísta, necio, vacío y hasta banal. Pero puedes corregir todo eso. Liberar tu mente y tu cuerpo de todas las cadenas de angustia que tú mismo te pusiste de forma inconsciente. ¿Sabes por qué lo puedes corregir?Abrí la boca pero no pude responder.—...exacto —habló por mí—, porque estás vivo. Agradece a Dios o a la vida por eso cada noche, antes de dormir y al despertar.
Me ahogaba un poco pero pude decir:
—Gracias a Dios y a la vida, porque estoy vivo y puedo arreglar todo lo que tiene arreglo, entender y aceptar lo que no lo tiene. Dejar ir lo que se tiene que ir, no preocuparme de cosas que no merecen la pena y luchar por lo que deseo.

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