Pequeña historia N°1

Estaban todos reunidos para la inauguración del "Libro de Oro". Libro de donaciones de la iglesia. El abuelo había ido junto con mi tío, mi tía y mis dos primos. Claro, era evidente que todos iban a querer ser el primero en donar y el abuelo era el tesorero. En esto, un tal señor Anglas se acerca y dice, muy alegre él, que iba a abrir el Libro con una donación de 20 dólares.
¡Aplausos!
¡Anglas va a donar 20 dólares!
¡Alegría!
¡Qué bueno es Anglas!

- Un momentito -se oyó decir por ahí-. Anglas: debes las parrilladas del año pasado, ¿y vienes acá a hacerte el bueno donando 20 dólares? ¡Primero paga tus parrilladas!

Asombro y silencio general.

- Pero, hermanito... -intervinó un tal Ricardo, parecido a Rómulo León.
- ¡Tú, cállate! -lo cortó el abuelo, dejándolo sorprendido- ¡Paga tus parrilladas! -apuntando a Anglas con el dedo acusador del tesorero a quien no le han pagado, lo han paseado pero que no se deja pisar el poncho.
- Pero hermanito, guarde la compostura... -trataron de calmar al abuelo.
- Papá -dijo mi tía-, cálmate.
- ¿Eso le dijiste, abuelo?
- Bueno... -contestó riendo ligeramente entre nuestras risas- debía y venía a darselas de bueno...

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